Un Álbum para el recuerdo

Un álbum para el recuerdo

Por JOSÉ IGNACIO DE QUESADA

El día de la boda tiene muchos instantes que gusta recordar con el tiempo.

Desde que la novia comienza a prepararse en su casa hasta el baile nupcial hay cientos de momentos que los novios nunca olvidarán, en parte gracias a los objetivos de una cámara fotográfica. Y es que la presencia de un fotógrafo en las bodas es prácticamente obligada si se quiere tener un recuerdo tangible de la misma en forma de álbum.

Cuando los novios acuden a los estudios fotográficos buscan siempre la mejor relación entre calidad y precio. Y estos oscilan entre los 500 euros del reportaje más sencillo a los de más de 2.000 que cuestan los reportajes digitales. Al principio puede parecer caro, pero lo cierto es que se trata de imágenes irrepetibles, por lo que las parejas prefieren asegurarse de que el resultado será el mejor.
El objetivo del reportaje es, según el fotógrafo Antonio Rueda, "que las fotos sean capaces de transmitir a los novios los mismos sentimientos que en los instantes en que fueron captadas".

Profesionalidad

Para ello, es muy importante conocer a la pareja. Cada fotógrafo tiene su método, pero casi todos comienzan por extraer información de las visitas de los novios al estudio fotográfico para elegir el modelo de álbum.

Los fotógrafos toman pistas de cómo se mueven, de cómo visten, de sus gestos y sus expresiones. El estudio detenido de estas cuestiones servirá, por un lado, para recomendar un estilo clásico o más moderno de álbum, y por otro, para captar después en imágenes los sentimientos, la magia de una sonrisa o el lenguaje de las miradas. En este sentido, según Antonio Rueda, "los fotógrafos no entregan sólo un álbum fotográfico a las pocas semanas de la boda, sino que entregan además arte".

La dinámica de funcionamiento de los fotógrafos es sencilla: estar ahí para captar los instantes. El profesional explica a los novios su manera de trabajar, en qué lugares suele colocarse, y algunas recomendaciones para aparentar la máxima naturalidad posible. Pero en realidad es el profesional el que se amolda a los deseos de la pareja. Ellos son los que deciden los exteriores, si hay que ir a casa de la novia para fotografiar los preparativos, si hay que sacar fotos en la puerta de la iglesia, o quedarse hasta el baile.

Un buen reportaje lleva fotos de exterior, que le dan un toque de originalidad frente a las clásicas de la ceremonia.

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Fotografía propiedad de Digitalboda

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